Villarruel pisa los contratos en el Senado y agita la rebelión de los aliados

Victoria Villarruel estaba en su despacho este jueves cuando la sensación térmica en Capital Federal superó los 37° pero no había un solo senador en la Cámara Alta. 

Fuentes parlamentarias comentaron a LPO que los aliados “están inquietos” pero alargan el receso y “preguntan quién negocia con los K”, en medio del congelamiento que la Casa Rosada dispuso para la Vicepresidenta.

Aunque el Poder Ejecutivo ya efectuó el envío del temario para sesiones extraordinarias, no brindó una sola indicación a su tropa legislativa, tampoco a los bloques que contribuyeron con la sanción de sus proyectos emblemáticos.

En ese contexto, el interbloque peronista, conducido por José Mayans y Juliana di Tullio, mantiene el reclamo con que se despidieron en diciembre: no habrá sesiones extraordinarias hasta que Stefanía Cora asuma la banca en reemplazo de Edgardo Kueider, el senador detenido en Paraguay con más de 200 mil dólares sin declarar. “Si el gobierno no deja asumir a la entrerriana, los kirchneristas dicen que no hay Senado”, resumieron en el despacho de una senadora sin techo en su provincia.

Esa situación genera nerviosismo entre los que sostuvieron a Villarruel en el inicio de su gestión. “El aislamiento total de la Vicepresidenta enoja a los más colaboracionistas, que entienden que el freezer para Villarruel los perjudica a ellos y terminan metidos en una interna ajena”, precisaron a LPO.

Además, Villarruel ensayó una serie de movimientos para resistir las embestidas de Casa Rosada, que empezó a sitiarle el Senado desde que Santiago Caputo logró hacer pie a través del bloque Las Provincias Unidas, liderado por Carlos “Camau” Espínola y apuntalado por el salteño Juan Carlos Romero. Tal como informó LPO, la vice echó al director de Administración para poner a un hombre de su confianza, luego de que Javier Milei pidiera la cabeza de los hombres designados por su compañera de fórmula, pero ahora la Vicepresidenta le arrebató competencias a la secretaria administrativa, María Laura Izzo, quien había presentado la renuncia en disconformidad con el manejo de la Cámara.

El plan del incipiente villarruelismo sería controlar módulos de los senadores a través de la auditora Iris Speroni, algo que preocupa a los legisladores. “Están pisando los contratos y no saben cómo arranca febrero”, deslizaron en los pasillos del Congreso.

La discusión sobre los recursos, según confiesan cerca de un opositor, podría convertirse en un problema grave para el oficialismo, después del manoseo por las dietas que expuso a los senadores por una pelea protagonizada y divulgada por Twitter entre Milei y Villarruel.

Esa guerra entre el Presidente y la Vice es, en definitiva, la que complica el normal funcionamiento de la actividad parlamentaria. “Del temario previsto en extraordinarias, el Senado tiene que discutir las candidaturas de (Ariel) Lijo y (Manuel) García Mansilla y la Ley Antimafias pero no hay línea del gobierno”, se quejaba un aliado.

Por eso, crecen las chances de que el vacío de poder libertario abra las puertas para el golpe del peronismo y los aliados contra el presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala. “Todos dicen que nadie está en esa pero todos saben que en febrero se renuevan las autoridades”, desliza una fuente, y agrega: “el reparto actual fue el resultado de la mayoría de 39 antikirchneristas que armó Romero pero eso ya se resquebrajó”.

Atento al desafío, el jefe del bloque libertario, Ezequiel Atauche, habría mandado un mensaje de WhatsApp a sus colegas de bancada sin más precisiones que el aviso protocolar de la convocatoria a sesionar en verano y que “todos estén atentos”.

Aumenta la bronca de los senadores que podrían bloquear la toma por asalto de la presidencia provisional del Senado.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *