El diputado libertario Carlos D’Alessandro fue el tunelero que conectó a más de uno de los legisladores radicales que ayer visitaron a Javier Milei en Casa Rosada con referentes del macrismo.
Más allá del rol que cumplió Patricia Bullrich, tal como reveló LPO, para arrimar miembros de la UCR a la estrategia defensiva de La Libertad Avanza frente al intento de la oposición con la movilidad previsional, el puntano asumió tareas de articulación con autonomía respecto de Martín Menem. Tanto que el riojano le habría pedido que bajara el perfil tras el escándalo de la visita de sus colegas a los represores que cumplen cadena perpetua en el penal de Ezeiza.
Fuentes parlamentarias revelaron a LPO que, ya en el verano, D’Alessandro invitó a Mariano Campero, el primus inter pares de los radicales que estuvieron este martes en Balcarce 50, a un asado en la casa de un diputado del PRO. En ese encuentro, el libertario, el anfitrión macrista y los legisladores radicales habrían explorado la inevitable confluencia de los comensales sin soltar sus propios sellos partidarios.
De hecho, uno de los diputados que participó de aquel asado y practica la adhesión a Javier Milei con fervor dijo a LPO que dos de los cinco que se fotografiaron con el Presidente deben renovar su mandato en las elecciones del año que viene y los otros tres tendrán que hacerlo en 2027. “Los que renuevan el año que viene saben que no tienen chance de ganar en sus provincias si no se acercan al gobierno y los que tienen en la mira el 27′ empezaron el trabajo con anticipación”, explicó.
Milei sumó a cinco radicales para el veto a jubilados y la UCR quedó al borde de la ruptura
Esa apuesta casi personal sobre la proyección política de cada uno habilitó las peores sospechas en los pasillos del Congreso, animadas además por la renuncia inoportuna del radical Pedro Galimberti a su banca para asumir en la represa de Salto Grande, en Entre Ríos. El trámite se tejió en acuerdo con el gobernador Rogelio Frigerio y la banca vacante quedará para Nancy Ballejos, representante del PRO.
En ese contexto, uno de los comensales de aquel asado veraniego negó cualquier tipo de intercambio de favores que incluyera una compensación material. Lo mismo dijo públicamente la diputada Danya Tavela, ensombreciendo todavía más la situación.
Para colmo, el senador Martín Lousteau admitió que el gobierno apela a presiones y “prebendas” para conseguir las voluntades parlamentarias que le faltan a sus propias bancadas en el Poder Legislativo.
El radical libertario Mariano Campero
Los libertarios argumentaron que los radicales que acompañan la postura del oficialismo frente a las jubilaciones “no ven en la conducción de Lousteau la chance de reelegir”. Uno de ellos lo confirmó ante LPO: “en mi provincia, piensan que el radicalismo es Lousteau y nos putean”, graficó.
El legislador que puso el quincho para el asado se rió ante el revuelo que provocó el acercamiento entre los diputados de la UCR y Milei. Apeló a una escena de la película argentina El Arreglo, con Federico Luppi y Rodolfo Ranni, cuya trama revela la corrupción del Estado para llevar agua a los vecinos de un distrito bonaerense.
En el film, Luppi encarna un padre de familia que no quiere coimear al funcionario, papel que le tocó a Ranni, para acelerar el trabajo. La historia demuestra que todo el barrio termina con conexión menos la casa del hombre honesto, que tilda de “hijo de puta” al funcionario hasta que junta el dinero para “acelerar” el trámite. “¿Viste que todos somos hijos de puta?”, goza Ranni al final.
La moraleja del diputado macrista es que Milei terminó abrazando a los que acusa de ratas. “El cura que denuncia a las putas terminó en el prostíbulo”, concluye.