Las personas que más conocen a Javier Milei interpretaban este lunes que los ministros de su gabinete y los legisladores de sus bloques en el Congreso “le soltaron la mano” al Presidente. “Los diputados son unos garcas, no lo defienden, no aceptan notas, ni siquiera hablan en el grupito de WhatsApp”, se quejó un viejo amigo del Jefe de Estado.
LPO ya publicó que tampoco los funcionarios que integran el elenco del gobierno se arrojaron sobre la granada. El vocero Manuel Adorni no brindó su habitual conferencia de prensa, tal vez para eludir la rendición de cuentas por haber sido una pieza fundamental en el vínculo entre los creadores de LIBRA y Milei.
Desde que estalló el escándalo, Adorni sólo retuiteó un mensaje del Presidente, quien a su vez disminuyó notoriamente la cantidad de tiempo que permaneció en uso de la plataforma este domingo. Mientras que el primer mandatario pasó sus horas recluido en la residencia de Olivos, no aparecieron funcionarios que lo respaldaran.
En un despacho libertario de la Cámara Baja, deslizaron que “nadie quiere hablar de motu propio y, cuando digo ‘nadie’ es nadie”. Las únicas dos legisladoras que tuitearon fueron Marcela Pagano, que publicó el artículo 99 de la Constitución para tratar de despegar el tuit de Milei del ejercicio de sus facultades como Presidente, y Lilia Lemoine, acaso la diputada con más licencia para expresarse en las redes.
El enojo en la bancada liderada por Gabriel Bornoroni apunta directamente a Karina Milei. “Era cuestión de tiempo que la hermanísima cayera por angurrienta”, graficaron.
Si bien los libertarios ansían que Milei pueda despegarse del escándalo, reconocen que “no hay cortafuegos”. Solo atinan a plantear que el Presidente “fue llevado hasta ese lugar por Karina” pero entienden que es difícil que se deshaga de la secretaria general de la Presidencia, que ofició como protectora tanto en su vida privada como en su gobierno.
Otro legislador oficialista deslizó que desde Balcarce 50 pidieron que “nadie hable” pero, aún así, coincidió con sus colegas en que “no hay casi ninguno bancando”.
Uno de los arquitectos del triunfo de Milei conjeturó que “solo lo pueden bancar los que están por el carguito”. “Ni los diputados ni los senadores propios se lo fuman, ni los ministros tampoco. No lo aguantan más. ¿Ya salió (Guillermo) Francos a decir algo?”, expresó.