La Oficina Federal para la Protección de la Constitución clasificó al partido AfD (Alternativa para Alemania), liderado por Alice Weidel, como de “extrema derecha” y para los servicios internos hay elementos de “certeza” sobre el perfil extremista de la agrupación.
Hasta ahora, la AfD había sido clasificada como “sospechosa” de extremismo.
“La concepción predominante del partido, basada en la etnicidad y la ascendencia, no es compatible con el orden democrático libre de las bases”, sostiene ahora la agencia de inteligencia.
Hasta el momento, esa clasificación solo regía para el partido en tres estados federados: en Turingia, Sajonia y Sajonia-Anhalt. A nivel nacional, AfD era clasificado desde marzo de 2021 como un caso sospechoso de extremismo de derecha y para vigilarlo, los servicios secretos internos estaban habilitados para utilizar recursos de inteligencia como informantes, vigilancia y evaluación de fuentes públicas y no públicas.
La agencia estatal alemana DW, informó que el motivo de esta clasificación es el “carácter extremista de todo el partido, que desprecia la dignidad humana”. El organismo de inteligencia ha examinado, entre otras cosas, las declaraciones de AfD durante la campaña electoral federal y antes de tres elecciones regionales celebradas en el Este de Alemania. Las conexiones entre los políticos de AfD y actores y grupos extremistas de derecha también jugaron un papel central en la investigación, que duró tres años.
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La BfV dictamina ahora: “La concepción predominante de pueblo por parte del partido, basada en la etnia y la ascendencia, es incompatible con el orden fundamental, libre y democrático.
En concreto, por ejemplo, la AfD no considera a los ciudadanos alemanes con antecedentes migratorios procedentes de países predominantemente musulmanes como miembros iguales del pueblo alemán, definido étnicamente por ese partido”. Sin embargo, no se ha publicado el informe completo en el cual se basa la clasificación.
Con esta actualización se reducen aún más los obstáculos legales para la vigilancia de AfD por parte de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución.

Alice Weidel, líder de Alternativa por Alemania.
Por su parte, la AfD considera que la decisión tiene motivaciones políticas. El vicepresidente del partido, Stephan Brandner, declaró al diario alemán Rheinische Post: “Esta decisión de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, sujeta a instrucciones, es un completo disparate en cuanto a su contenido, no tiene nada que ver con el orden público y es puramente política en la lucha de los partidos del cártel contra el AfD”.
La ministra del Interior saliente, Nancy Faeser, refutó la acusación de que la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, dependiente del Ministerio del Interior, había actuado siguiendo sus instrucciones. “No hubo ninguna influencia política en el nuevo informe”, explicó Faeser. En cualquier caso, el informe coincide con la propia valoración de Faeser sobre la AfD: “Su actitud nacionalista se refleja en declaraciones racistas, especialmente contra los inmigrantes y los musulmanes”, explicó la ministra.
La AfD ya ha anunciado que emprenderá acciones legales contra esta clasificación que le atribuye “afanes confirmados de extremismo de derecha”. “El partido seguirá defendiéndose legalmente contra estas difamaciones que ponen en peligro la democracia”, afirmaron los copresidentes Alice Weidel y Tino Chrupalla. A su juicio, la decisión de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución es “un duro golpe para la democracia alemana”.
Otra cuestión es qué implicaciones políticas tendrá la evaluación de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución. En las elecciones federales del 23 de febrero, la AfD consiguió un claro avance y obtuvo el 20,8 por ciento de los votos, convirtiéndose en el segundo grupo parlamentario más fuerte después de la unión conservadora CDU/CSU.
Será, en consecuencia, el mayor partido de oposición al próximo gobierno de coalición entre la CDU/CSU y el SPD. En sondeos recientes, el apoyo a la AfD ha aumentado aún más. En algunas encuestas, aparece al mismo nivel, o incluso por delante de la CDU.
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El Secretario de Estado, Marco Rubio, opinó al respecto y publicó en sus redes que “Alemania acaba de otorgar a su agencia de espionaje nuevos poderes para vigilar a la oposición. Eso no es democracia, es tiranía disfrazada”.
“Lo verdaderamente extremista no es la popular AfD -que quedó en segundo lugar en las recientes elecciones- sino más bien las letales políticas de inmigración de fronteras abiertas del establishment a las que la AfD se opone. Alemania debería cambiar de rumbo”, cerró.